8 de septiembre de 2014

HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA, DURO CON ÉL

A veces, los lunes de vuelta al trabajo te sorprenden con mensajes motivantes que no los supera ni el mismísimo Mr. Wonderful en persona venga a hacer carteles y carteles graciosetes.




Hoy la sorpresa me la ha traído mi mismísimo padre escribiéndonos parte de la letra de “hoy puede ser un gran día” de Serrat. Hemos recibido el mensaje en el chat familiar a las 8 de la mañana. Con este inicio de semana nada puede salir mal, aunque estemos de vuelta al trabajo. ¡¡Venceremos!!



Y es que ya es septiembre y se han acabado las vacaciones pero ¿a quién le importa? Lo sé, sí, ya lo sé, estar de vacaciones es lo mejor del mundo, haces  grandes cosas que en tu vida normal no puedes hacer: trasnochas, te levantas tarde, vas a la playa, conoces sitios maravillosos, disfrutas de la naturaleza, pateas ciudades que no conocías… en resumen, eres feliz.




Ahora, lamentablemente, llega la dura vida diaria. Trabajar y esperar melancólicos a las próximas vacaciones del próximo año… ¿de verdad? ¿Esperar todo un año?

¡¡¡¡No!!!!

Yo he hecho propósito de enmienda: voy a disfrutar de lo bueno que me pase hoy, lunes, con sueño y de vuelta a la oficina, ¡sí! Lo voy a hacer. Voy a aprovechar que he traído las pilas cargadas de las vacaciones y que tengo la capacidad de ver las cosas más tirando hacia rosa que hacia negro.


No seas de los que esperan toda la semana que sea viernes,
Todo el año a que lleguen las vacaciones
Y toda una vida para ser felices.
Disfruta de cada día de tu vida.




Pienso seguir esta premisa y disfrutar de lo bueno que nos da la vida también los lunes, y los días de sueño mortal, y los días grises, y los días de lluvia, y los días que hay lentejas para comer (puaj); porque también en esos momentos hay cositas que te sacan una sonrisa y te hacen la vida más feliz.


Ojo, que soy consciente de que hacer esta máxima hippy happy realidad no va a ser sencillo, que un martes lluvioso de febrero con un sueño del horror me viene esta Bailarina porrera feliciana del pasado a decirme todo moñas “disfruta de cada día de tu vida, be happy” en plan hare krishna, y la tumbo con un par de comentarios sarcásticos tocapelotas llenos de amargura, que al fin y al cabo, esa también soy yo.


Pero no, voy a hacer el esfuerzo de dejar a la Bailarina chunga de lado, al menos por el momento, y dejar que el influjo hippy happy me invada. Además, este rollo feliciano es menos agotador que estar de morros todo el día y no deja arrugas, ¡todo son ventajas!




Con lo cual, en esta vuelta al cole, me he hecho en la oficina lo que denomino “el mural del optimismo”, y cruzo los dedos para que me aguante esta alegría lo máximo posible. El mural está muy patrocinado por Mr. Wonderful, claro, porque para eso son los reyes de las láminas con mensaje positivo, pero me he hecho también con MI espacio particular.


En el centro del mural, entre todas las frases cliché que sé que dentro de unos meses  acabaré aborreciendo, esta mi lista de las cosas buenas. Ya lo hice el año pasado y este año me he puesto desde enero a apuntar cada cosita que me había pasado que me había hecho feliz. Faltan cuatro meses para acabar el 2014 y tengo una lista llena de momentos preciosos que cuando los leo me ayudan a sacarme una gran sonrisa, ¡y aun me queda un tercio de año para completarlo con más cosas guays!



De verdad que os animo a hacer una lista con vuestros momentos de felicidad; a veces se nos olvida que cosas tan pequeñas nos han hecho sentir bien, y es una pena, porque merece la pena recordarnos que, al fin y al cabo, no estamos tan mal. Os chivaré que en mi lista tengo haber conocido nueva york por fin, claro, pero también comprar un vestido para una boda de súper rebajas y encima en talla S y encima el último que quedaba en la tienda, ¿¿es o no es ese un momento de súper felicidad??




Quién sabe, igual alguno apunta en su lista de las cosas buenas de la vida que… Bailarina is back.



Feliz vuelta al cole.