A
veces, los lunes de vuelta al trabajo te sorprenden con mensajes motivantes que
no los supera ni el mismísimo Mr. Wonderful en persona venga a hacer carteles y
carteles graciosetes.
Hoy
la sorpresa me la ha traído mi mismísimo padre escribiéndonos parte de la letra
de “hoy puede ser un gran día” de Serrat. Hemos recibido el mensaje en el chat
familiar a las 8 de la mañana. Con este inicio de semana nada puede salir mal,
aunque estemos de vuelta al trabajo. ¡¡Venceremos!!
Y
es que ya es septiembre y se han acabado las vacaciones pero ¿a quién le
importa? Lo sé, sí, ya lo sé, estar de vacaciones es lo mejor del mundo,
haces grandes cosas que en tu vida normal
no puedes hacer: trasnochas, te levantas tarde, vas a la playa, conoces sitios
maravillosos, disfrutas de la naturaleza, pateas ciudades que no conocías… en
resumen, eres feliz.
Ahora,
lamentablemente, llega la dura vida diaria. Trabajar y esperar melancólicos a las
próximas vacaciones del próximo año… ¿de verdad? ¿Esperar todo un año?
¡¡¡¡No!!!!
Yo
he hecho propósito de enmienda: voy a disfrutar de lo bueno que me pase hoy,
lunes, con sueño y de vuelta a la oficina, ¡sí! Lo voy a hacer. Voy a
aprovechar que he traído las pilas cargadas de las vacaciones y que tengo la
capacidad de ver las cosas más tirando hacia rosa que hacia negro.
No
seas de los que esperan toda la semana que sea viernes,
Todo
el año a que lleguen las vacaciones
Y
toda una vida para ser felices.
Disfruta
de cada día de tu vida.
Pienso
seguir esta premisa y disfrutar de lo bueno que nos da la vida también los lunes,
y los días de sueño mortal, y los días grises, y los días de lluvia, y los días
que hay lentejas para comer (puaj); porque también en esos momentos hay cositas
que te sacan una sonrisa y te hacen la vida más feliz.
Ojo,
que soy consciente de que hacer esta máxima hippy happy realidad no va a ser
sencillo, que un martes lluvioso de febrero con un sueño del horror me viene
esta Bailarina porrera feliciana del pasado a decirme todo moñas “disfruta de
cada día de tu vida, be happy” en plan hare krishna, y la tumbo con un par de
comentarios sarcásticos tocapelotas llenos de amargura, que al fin y al cabo,
esa también soy yo.
Pero
no, voy a hacer el esfuerzo de dejar a la Bailarina chunga de lado, al menos
por el momento, y dejar que el influjo hippy happy me invada. Además, este
rollo feliciano es menos agotador que estar de morros todo el día y no deja
arrugas, ¡todo son ventajas!
Con
lo cual, en esta vuelta al cole, me he hecho en la oficina lo que denomino “el
mural del optimismo”, y cruzo los dedos para que me aguante esta alegría lo
máximo posible. El mural está muy patrocinado por Mr. Wonderful, claro, porque
para eso son los reyes de las láminas con mensaje positivo, pero me he hecho
también con MI espacio particular.
En
el centro del mural, entre todas las frases cliché que sé que dentro de unos
meses acabaré aborreciendo, esta mi
lista de las cosas buenas. Ya lo hice el año pasado y este año me he puesto
desde enero a apuntar cada cosita que me había pasado que me había hecho feliz.
Faltan cuatro meses para acabar el 2014 y tengo una lista llena de momentos preciosos
que cuando los leo me ayudan a sacarme una gran sonrisa, ¡y aun me queda un
tercio de año para completarlo con más cosas guays!
De
verdad que os animo a hacer una lista con vuestros momentos de felicidad; a
veces se nos olvida que cosas tan pequeñas nos han hecho sentir bien, y es una
pena, porque merece la pena recordarnos que, al fin y al cabo, no estamos tan
mal. Os chivaré que en mi lista tengo haber conocido nueva york por fin, claro,
pero también comprar un vestido para una boda de súper rebajas y encima en
talla S y encima el último que quedaba en la tienda, ¿¿es o no es ese un
momento de súper felicidad??
Quién
sabe, igual alguno apunta en su lista de las cosas buenas de la vida que… Bailarina is back.
Feliz
vuelta al cole.