6 de octubre de 2014

I HAD THE TIME OF MY LIFE, AND I NEVER FELT THIS WAY BEFORE

Antes de comenzar el escrito de hoy, os quiero pedir disculpas por no haber podido postear la pasada semana. Estuve lanzándome la vajilla con hasta tres técnicos distintos que me han tenido cuatro días de brazos cruzados, sin teléfono y sin Internet. Estoy encantada de la vida.




Sin embargo, eso ya pasó, y aquí estoy.



Hola amigos:


Me llaman Bailarina, tengo 29 tacos, y si algo me ha caracterizado en la vida es que yo nunca, jamás de los jamases, never, jamais, he visto esa basura de película que se titula Dirty Dancing.


He dicho.




Esa moñada ochentera (que es una película que ha envejecido fatal por cierto, vaya pelos me llevan todos) no es para mí. No es una peli antigua de las mías, de amor y lujo, es una cutre peli viejuna hortera y moñas. No señor, yo nunca veré esa película.


Como veis, soy como el Grinch de una generación enamorada de esa súper cinta que marcó historia, y precisamente por el puro placer de ser como un enano gruñón,  me he mantenido fuerte en esto de “yo nunca veré Dirty Dancing porque esa peli es una M I E R D A”.


Todos (más bien todas) me ponían cara de espanto cada vez que lo decía y me respondían indignadísimas “¡qué horror, Bailarina!, ¿cómo puedes decir eso?” y a mí, que me gusta hacer sangre más que nada decía “porque es la verdad, esa peli es lo peor y no la veré NUNCA, punto final”.


Punto final… hasta el domingo, que la echaron por TVE, y me la tragué enterita.


Damnit.


A la mierda toda mi convicción anti pelis ochenteras. Mi Querido Novio, que conoce perfectamente mi animadversión a la peli y era el poseedor del mando a distancia, se encontró con que, casualidad, Dirty Dancing estaba empezando justo en ese mismo momento. Qué cosas tiene la vida.


-Bailarina, ya es hora de que veas esta película porque te has encerrado en el no por el no, y no la conoces. Además que no está mal, es una buena peli. A mí me encanta.


Y yo, evidentemente, ojos como platos. Porque que tu novio te diga que le gusta Dirty Dancing es un poco raro (lila). Además, os voy a contar otro secretito de mi Querido Novio ahora que no me ve nadie:


Le gusta también John Travolta haciendo de Tony Manero en “Fiebre del Sábado Noche”.




Toma ya.


Que de pequeño la veía cada vez que la echaban por la tele porque le encantaba cómo bailaba, me dice. Y que le guste Dirty Dancing pues bueno, puede tener un pase, pero dos pelis de ese tipo ya es muy gay muy gay muy gay.


Menos mal que cuando baila conmigo demuestra con creces que es un hombre-hombre: parece el hombre de hojalata de Mago de Oz, tiene una estaca por cadera.


Pero volvamos a Dirty Dancing. El caso es que mi amado me enchufó la peli a la tele, y chica, pues quieras que no, una también tiene curiosidad por ver qué hay tan sumamente maravilloso en Dirty Dancing, y la dejamos puesta.  Porque no sé vosotros, pero yo, aquí donde me veis, me he tragado “espectáculos de fin de curso” en el cole, llenitos de mejores amigas haciendo el bailecito en cuestión.


(Sé que tú tienes un vídeo casero bailando la canción con tu amiga, o tu prima o tu hermana, no me lo intentes negar, que te veo. Si no es esto será Grease, pero será)




Total, que he visto Dirty Dancing. Y a todas esas personas que me decíais que la peli estaba súper guay y que qué maravillosa y qué fantástica es Dirty Dancing, os recomiendo que la veáis de nuevo, PORQUE YO TENGO RAZÓN:la peli es mala hasta decir basta. Lo siento, es lo que hay. Le tendréis cariño, “eran otros tiempos”, “en su momento fue un boom”, os trae recuerdos del pasado, lo que queráis.


Pero ya no me la coláis. Vamos a analizar la película porque tiene miga:


1.  La protagonista se llama, nada más y nada menos, que Baby. ¡¡Se llama Baby, BABY, beeeiiiiibiiiiii!! ¿¿Y queréis que no empiece con el morro torcido?? ¿de verdad creéis que es un nombre serio? O bueno, ya siendo menos tiquismiquis, ¿de verdad creéis que es un nombre, sin más? Por Dios bendito. La Beibi.



2.   La protagonista es FEA. Así sin paliativos. Pero lo peor de todo es que  la pobre Beibi no saldría tan sumamente fea si no tuviese un jefe de cámara tan cabroncete. Os explico: resulta que  Beibi tiene una nariz que ni Rossi de Palma, pero el jefe de cámara cabroncete decidió hacerle todos y cada uno de los planos de lado. Perfecto para su súper napia.


Y no me llaméis exagerada que si buscáis en Google “Dirty Dancing” la primera opción es esa y la segunda es “Dirty Dancing nariz”. Así que algo de razón tendré con la napia de la Beibi.


3.   No te digo yo que las escenas esas en las que salen todos los animadores del hotel bailando en sus fiestas particulares fuesen subiditas de tono en su momento. “Esto en los 80 era un escándalo” me decía mi amado intentando defender la cinta. Bueno, vale, pero a día de hoy esos bailes calientes ultra chachis no pasan de un perreo cerdo en cualquier Posada de las Ánimas. No estoy impresionada, lo siento.


4.   Vamos a ver. ¿Quién se cree que Patrick Swayze se enamora de la torpe Beibi que no sabe bailar teniendo de amiga a una chica alta, rubia, delgada, guapa y que encima es su compañera de baile?

 “no, es que el prota y la rubia guapa son sólo súper amigos y curran juntos de animadores en el hotel, pero él se enamora de la niña rica feucha que ha ido con sus padres de vacaciones”.



Ya, ya. HAMOR VERDADERO es eso.
-Y sí, obviamente he buscado en Google cómo se escribe Swayze-



5.   En el argumento del aborto ilegal de la rubia y demás es que ni voy a entrar, porque me vais a llamar gafapasta de mierda, pero el desarrollo de los acontecimientos es cuanto menos atropellado y torpe. Os lo perdono porque erais pequeños y no sabíais lo que pasaba con la rubia con espasmos en su cama, pero vamos. Lo del aborto…telita.



6.   Dad gracias a que han vuelto los looks ochenteros porque tragarte esa peli con esos trajes y esos vestidos con vuelos y esos pelos cardados y esos pendientacos de palabra de gitano y esos maquillajes sobre colores tierra ultra exagerados… ¡canela en rama!



7.   ¿Por qué la hermana de la Beibi es tan sumamente estúpida? ¿Se cayó de la cuna de pequeña? Esa niña es de torta a mano abierta. Siendo una secundaria que ni pincha ni corta en la historia no sé cuál es la necesidad de hacerla gilipollas integral, sinceramente.  Ahí lo dejo.



8.   Hablemos de Patrick Swayze. En serio: ¿qué problema tenía ese señor con las camisetas? ¿Por qué no se puede poner camisetas como el resto de los mortales? ¿Por qué las camisetas que se pone en las contadas ocasiones en las que lo hace a lo largo de la película son negras ultra pegadas de chuloputa? ¿No había camisetas de su talla? ¿No se pone camiseta porque le quedan pequeñas? ¿QUÉ PASA CON LAS CAMISETAS o ausencia de ellas Y PATRICK SWAYZE?

No sé si os habéis dado cuenta, pero ese señor que adoráis, tan guapo y fibroso, tan sensible a los problemas de su amiga, tan “tengo mala fama porque visto así de malote y sin camiseta pero soy puro corazón bondadoso”, vuestro adorado Patrick Swayze, es nada más y nada menos que el Mario Casas de los 80.



Sí, amigas que ahora miráis al susodicho Casas con cara displicente cuando sale por la tele y decís “Ay este pobre, todas las niñas detrás del Mario Casas este, qué le verán, si solo es un chico medio lelo que en cuanto puede se quita la camiseta y ya. Actúa fatal y siempre hace de malote”, este mensaje es para vosotras: estuvisteis coladitas por la versión anterior de Mario Casas. ¡JA!



9.   Y por último, el baile. No estoy muy conforme con         que en un par de ensayos la Beibi llegue al final de la peli y se marque el baile a la perfección, porque claro, gracias a eso, la gente se viene arriba, y como ya os he dicho, servidora se ha tenido que chupar a niñas haciendo el baile este en las funciones de fin de curso durante toda mi infancia, y lo hacían más bien como el culo. Y no.

Este baile lo hacemos una amiga y yo con el Just Dance 4 para la Wii y da gloria vernos. Puntuación máxima de la consola, no digo más. Tiembla, Beibi, te vamos a pulir.




Por lo demás, espero que veáis la película, porque aparte de todo esto, o precisamente por todo esto, ¡os vais a divertir!