Hoy es lunes pero
tengo amor verdadero destilando todos los poros de mi piel y estoy más feliz
que una perdiz. Qué le voy a hacer, en ocasiones soy una Godzilla sarcástica y
borde pero en el fondo soy un pedacito de pan sentimentaloide y cursi.
Y es que hoy no es
un día cualquiera, amigos, hoy es un día
especial, hay que brindar por la vida y
hacerla festiva alegre y cordial.
¿No os ponían
vuestros padres la radio los fines de semana? Yo tengo esa cancioncita grabada
a fuego en el hipotálamo.
En fin, que me
disperso. Es lunes, sí, pero hoy también…. Musiquita celestial, pajaritos
canturreando bellas melodías, ninfas tocando arpas….
Es mi enésimo aniversario con mi Querido Novio.
Bueno, con todo lo que ya sabéis de él, nuestro Querido Novio, porque ya es un
poco el Querido Novio de todos. Está claro que a mí los aniversarios hasta me
cambian el humor, porque estoy incluso generosa, repartiendo pedacitos de QN.
Así, que hoy, me
vais a perdonar, pero hoy, cariño, hoy esto es para ti.
Porque no hay día en
el que no me sienta afortunada de tenerte a mi lado.
Porque nos tenemos
más vistos que el Tebeo el uno al otro, y sin embargo, cuando te vas por ahí un
fin de semana o de vacaciones, te echo de menos una barbaridad.
Porque, como decía
Jack Nicholson en “Mejor imposible”, tú haces que quiera ser mejor persona.
Porque soy tu súper fan
número 1 en todo lo que haces y tu acérrima defensora número 1 en todo lo que dices (menos
cuando dices que soy desordenada. Que sí, que tienes toda la razón, soy un
caos, pero tampoco voy a tirarme piedras en mi propio tejado, ¿no?).
Porque te dije que
te comprarías el neopreno para hacer triatlones por encima de mi cadáver y
ahora que ya lo tienes yo quiero uno también (aunque no sé muy bien para qué).
Porque me encanta
poner la música a toda pastilla en casa y bailar juntos en la cocina como dos
indies trasnochados.
Porque jugamos al
escondite en casa y nadie nos entiende pero nos lo pasamos genial.
Porque te ríes a
carcajadas conmigo y el corazón me baila de alegría cuando lo haces.
Porque estoy en
pijama con un moño cutre tirada en el sofá y me dices guapa.
Porque me encierro
en el baño para ponerme hecha un brazo de mar para una boda y cuando salgo me
dices guapa, y me silbas, y yo me río y te digo tonto.
Porque te doy
conversación en la cama cuando te estás quedando dormido, y te fastidia pero me hablas y
arreglamos el mundo en un pispas.
Por las guerras de
cosquillas que siempre empiezo yo, aunque siempre acabo perdiendo porque acabo
masacrada a cosquillas medio ahogada de la risa y diciendo “¡¡¡para, para,
para, que me hago piiiisss!!” y tú no tienes piedad. Algún día esto de las
cosquillas acabará mal.
Por esas carreras
nocturnas para ver quién llega el primero de todos a la cama, y generalmente la
primera es Leia que te quita tu sitio –y tu almohada-. Parece que tenemos diez
años, pero es tan divertido…
Por el culito amoroso.
Porque me gusta
salir a cenar contigo y hacer plan de novios. Ponerme los tacones y un vestido
divino, ligar contigo mientras tomamos una copa, pero el plan de peli y pizza
(o chino, aunque a ti te va menos) está también en el top 3.
Porque nuestras
vacaciones en Menorca van a ser inolvidables, como lo llevan siendo los cuatro
últimos años. Y volveremos tostados y gorditos, y nos odiarán por ello, y nos
encantará. ¡Qué malos somos, amor!
Porque somos un
súper equipo de 2 al cuidado de nuestra perra con ansiedad (y con ganas de
tocarnos las pelotas, porque lo de sacar cosas de la basura a pesar de los
cierres anti niños que le hemos puesto es mala baba, no ansiedad). ¡Nada podrá
con nosotros!
Porque aprendiste la
primera semana que no me podías llamar “gordi” como apelativo cariñoso si
querías mantener esos preciosos ojos castaños en su sitio. Y aun y todo
quisiste intentarlo conmigo.
Porque nunca seremos
como esas parejas rollo que se toman las copas a medias. Nunca me llevarás al
lado oscuro del postureo gin tonic; tú te tomarás tus copazos y yo los míos, y
no se hable más.
Porque nos vamos a cenar y fisgamos a esas parejas que comen en silencio y los dos pensamos "¡Ay pobres! nosotros nunca seremos así". Y es que nunca seremos así.
Porque nos vamos a cenar y fisgamos a esas parejas que comen en silencio y los dos pensamos "¡Ay pobres! nosotros nunca seremos así". Y es que nunca seremos así.
Porque cuando estoy
en la playa tomando el sol hago malabares para no tener ninguna marca de
tirantes o de lazos, pero cuando llega la hora de nuestra siesta en pareo tengo
que estar dándote la mano o tocándote la pierna, porque si no no me duermo. Y
que le den a esas marcas.
Porque hiciste que
conociera Nueva York, el viaje de mis sueños, y como el viaje no te parecía
suficiente conseguiste sacar fuegos artificiales después.
Porque podré conocer
el mundo entero, pero el mejor sitio de todos será siempre contigo.
Por otros muchos
años más.
Porque eres único,
gracias por todo.
Te quiero.