14 de julio de 2014

IT'S FRIDAY, I'M IN LOVE

Hoy es lunes pero tengo amor verdadero destilando todos los poros de mi piel y estoy más feliz que una perdiz. Qué le voy a hacer, en ocasiones soy una Godzilla sarcástica y borde pero en el fondo soy un pedacito de pan sentimentaloide y cursi.




Y es que hoy no es un día cualquiera, amigos,  hoy es un día especial, hay que brindar por la vida y hacerla festiva alegre y cordial.

¿No os ponían vuestros padres la radio los fines de semana? Yo tengo esa cancioncita grabada a fuego en el hipotálamo.


En fin, que me disperso. Es lunes, sí, pero hoy también…. Musiquita celestial, pajaritos canturreando bellas melodías, ninfas tocando arpas….




Es mi enésimo aniversario con mi Querido Novio. Bueno, con todo lo que ya sabéis de él, nuestro Querido Novio, porque ya es un poco el Querido Novio de todos. Está claro que a mí los aniversarios hasta me cambian el humor, porque estoy incluso generosa, repartiendo pedacitos de QN.


Así, que hoy, me vais a perdonar, pero hoy, cariño, hoy esto es para ti.




Porque no hay día en el que no me sienta afortunada de tenerte a mi lado.


Porque nos tenemos más vistos que el Tebeo el uno al otro, y sin embargo, cuando te vas por ahí un fin de semana o de vacaciones, te echo de menos una barbaridad.


Porque, como decía Jack Nicholson en “Mejor imposible”, tú haces que quiera ser mejor persona.




Porque soy tu súper fan número 1 en todo lo que haces y tu acérrima  defensora número 1 en todo lo que dices (menos cuando dices que soy desordenada. Que sí, que tienes toda la razón, soy un caos, pero tampoco voy a tirarme piedras en mi propio tejado, ¿no?).


Porque te dije que te comprarías el neopreno para hacer triatlones por encima de mi cadáver y ahora que ya lo tienes yo quiero uno también (aunque no sé muy bien para qué).


Porque me encanta poner la música a toda pastilla en casa y bailar juntos en la cocina como dos indies trasnochados.



Porque jugamos al escondite en casa y nadie nos entiende pero nos lo pasamos genial.


Porque te ríes a carcajadas conmigo y el corazón me baila de alegría cuando lo haces.


Porque estoy en pijama con un moño cutre tirada en el sofá y me dices guapa.



Porque me encierro en el baño para ponerme hecha un brazo de mar para una boda y cuando salgo me dices guapa, y me silbas, y yo me río y te digo tonto.


Porque te doy conversación en la cama cuando te estás quedando dormido, y te fastidia pero me hablas y arreglamos el mundo en un pispas.


Por las guerras de cosquillas que siempre empiezo yo, aunque siempre acabo perdiendo porque acabo masacrada a cosquillas medio ahogada de la risa y diciendo “¡¡¡para, para, para, que me hago piiiisss!!” y tú no tienes piedad. Algún día esto de las cosquillas acabará mal.




Por esas carreras nocturnas para ver quién llega el primero de todos a la cama, y generalmente la primera es Leia que te quita tu sitio –y tu almohada-. Parece que tenemos diez años, pero es tan divertido…




Porque me gusta salir a cenar contigo y hacer plan de novios. Ponerme los tacones y un vestido divino, ligar contigo mientras tomamos una copa, pero el plan de peli y pizza (o chino, aunque a ti te va menos) está también en el top 3.





Porque nuestras vacaciones en Menorca van a ser inolvidables, como lo llevan siendo los cuatro últimos años. Y volveremos tostados y gorditos, y nos odiarán por ello, y nos encantará. ¡Qué malos somos, amor!


Porque somos un súper equipo de 2 al cuidado de nuestra perra con ansiedad (y con ganas de tocarnos las pelotas, porque lo de sacar cosas de la basura a pesar de los cierres anti niños que le hemos puesto es mala baba, no ansiedad). ¡Nada podrá con nosotros!


Porque aprendiste la primera semana que no me podías llamar “gordi” como apelativo cariñoso si querías mantener esos preciosos ojos castaños en su sitio. Y aun y todo quisiste intentarlo conmigo.


Porque nunca seremos como esas parejas rollo que se toman las copas a medias. Nunca me llevarás al lado oscuro del postureo gin tonic; tú te tomarás tus copazos y yo los míos, y no se hable más.


Porque nos vamos a cenar y fisgamos a esas parejas que comen en silencio y los dos pensamos "¡Ay pobres! nosotros nunca seremos así". Y es que nunca seremos así.



Porque cuando estoy en la playa tomando el sol hago malabares para no tener ninguna marca de tirantes o de lazos, pero cuando llega la hora de nuestra siesta en pareo tengo que estar dándote la mano o tocándote la pierna, porque si no no me duermo. Y que le den a esas marcas.

Porque hiciste que conociera Nueva York, el viaje de mis sueños, y como el viaje no te parecía suficiente conseguiste sacar fuegos artificiales después.




Porque podré conocer el mundo entero, pero el mejor sitio de todos será siempre contigo.

Por otros muchos años más.

Porque eres único, gracias por todo.


 Te quiero.