¿Oléis eso
que se respira en el ambiente? Sí, queridos, ya llega la Navidad, y ya se acaba
este 2013. Lo siento, es lo que hay.
Espero
sinceramente por vuestra salud mental que seáis fans de esta época del año,
porque para la gente que es como yo estos días son como para desear morirse.
Odio la Navidad. Con todo mi ser. Me pone mala esa felicidad impostada y esa edulcoración
artificial de estos días. Tortura china. PUAJ.
Ale, ya
salió el Grinch que llevo dentro.
Lo siento
con todo mi corazón pero es así. Para empezar, hay que estar haciendo malabares
con dónde y con quién comer, cenar, o juntarse a “tomar algo, que hace mucho
que no estamos”. En mi caso, doy gracias a que, por lo menos, somos una familia
bien avenida, y menos mal, porque sé positivamente que en muchos casos ni
siquiera esto es así. Me compadezco de aquellos que tienen que casar planes
navideños con gente a la que no quieren ver ni en pintura.
Lo malo es
que a todos nos toca, en mayor o menor medida, tragar con algún plan de mierda
con gente pereza por estas fechas. Es sadomasoquismo navideño puro y duro. Un
horror horroroso. Y no digáis “pues a mí eso no me pasa ¿Eh?” Porque sí que os pasa, mentirosillos.
A mí, al
igual que a mi madre, me encantaría largarme a algún lugar recóndito y pasar un
kilo de la Navidad. Lo que pasa es que, al final, no lo hago nunca, y en el
fondo sé que si me plantara sola en la Conchinchina una Navidad diría “Jo, pues
echo de menos a…”. Vamos, bipolar perdida. Sin embargo, sigo con ese deseo de
vacaciones navideñas bien lejos, fundamentalmente porque mi madre no ha dejado
de repetirlo desde que tengo uso de razón.
Cada
Navidad es lo mismo: “El año que viene os juro que yo me largo de aquí y no me
veis el pelo, ni Navidad, ni Nochebuena, ni Nochevieja ni nada de nada. Yo me
hago mi maleta y me largo a cualquier sitio salvo este”.
Y luego no
se va NUNCA JAMÁS.
Este año,
además, tendremos que lidiar con que la cena familiar de Nochebuena es en casa
de mis padres (sí, odian la Navidad pero ofrecen su casa. ¿Marciano? No te lo
voy a discutir). Total, que aparte del “yo me largo de viaje muy lejos de aquí”
este año tendremos también:
-Tú no vengas
a ayudar a casa de tus padres a poner la mesa ni nada, ¿Eh? No vaya a ser que
te vaya a dar algo.
O también:
-Veremos a
ver si entramos en la sala o tenemos que comer todos de pie, porque no sabemos
si cabemos.
-Bueno,
madre, no te preocupes, mañana nos ponemos las dos a poner las mesas y vemos si
entran, y listo.
-¿Poner las
mesas mañana? ¿Pero tú estás loca? ¿Y qué quieres, que me tire dos días con la
casa hecha un circo porque tenemos cena el martes? ¡Ni hablar! Ya lo haré el
martes a la mañana y punto.
Y por
supuesto el clásico:
-¡Este año
no va a haber Reyes para nadie, que siempre me toca a mí comprarlo todo y estoy
harta ya! ¡Si es que no ayudáis nada!
(Mentira,
que sí que ayudamos).
Grandes
clásicos de mi familia. A ello se le suma mi primo el mayor nervioso como un
flan a las 23:00 del día 31 porque hay que pelar y quitar las pepitas para
catorce personas pero no va a dar tiempo (siempre hay tiempo de sobra. Y sí, en
mi casa se toman las uvas peladas y sin pepitas), y hacer EL uso único que tienen las enciclopedias y los listines
telefónicos hoy en día: desperdigarlos por el suelo para tomar las uvas encima
y “saltar” al año nuevo después de tragar la duodécima.
¿Que en
vuestra casa no ponéis las enciclopedias por el suelo? Pues oye, para un uso que tienen las pobres a
lo largo del año… que Wikipedia les ha hecho mucha pupa, un poco de compasión.
Total, que
no sé si os habéis dado cuenta pero este es el clásico post navideño de
despedida porque esta Bailarina que os escribe no va a volver por aquí hasta
que SS.MM. Los Reyes Magos no hayan cogido sus dromedarios y se hayan vuelto al
lejano Oriente de nuevo. Que lo sepáis. A ver si me pongo con los trabajos
académicos que tengo pendientes…
Y como este
tiene que ser el típico post moñas navideño de felicidad y tal, pero servidora
odia la Navidad, os voy a contar lo que hice hace poco que me sacó una súper
sonrisa:
Hace como
un par de meses tenía uno de esos días en los que fumaba en pipa y el mundo era
una mierda y mi vida era gris, triste y lúgubre. Y lo peor de todo es que me
puse a repetir en plan mantra “vaya mierda de año, vaya mierda de año, vaya
mierda de año”. Lo que pasa es que, para variar, en lugar de regodearme en mi
tristeza de vida de mierda (soy muy de regodearme en mi mala suerte de vida) pensé
“No, Bailarina. Así no. No estás teniendo un mal año. De hecho, vamos a coger
un papel y un boli y vas a escribir todas las cosas buenas que te han pasado en
el 2013”. Y a ello me puse.
¿Y sabéis
qué? Me salieron un montonazo de cosas pequeñas y cosas grandes, momentos
felices e instantes irrepetibles que me han pasado en este 2013 y pensé “¡Oye,
que este está siendo un GRAN año! ¡Que estoy muy contenta con mi vida!”.
Y, de verdad de la buena, os recomiendo que toméis esta idea y la llevéis a cabo porque vais a alucinar de la cantidad de momentos felices y buenas noticias que habéis vivido. Os voy a dar unas pinceladas de lo escrito en mi hoja 2013:
·
Tuvimos los bautizos de las respectivas hijas de mis
dos primos. Tener niños en la familia siempre es una alegría y te amenizan
cualquier evento familiar. Los críos son la monda.
·
Leia encontró ella sola la paz espiritual que buscaba
y todos descansamos. Ella ya no se come la casa, y nosotros somos inmensamente
felices con nuestra perra y la queremos. A veces estamos los tres jugando en la
cama y creo que voy a implosionar de felicidad (Y de lo mordido, rasgado,
destrozado u orinado nos olvidamos).
·
Estoy súper orgullosa de mi Yo deportista. Sigo yendo
al gimnasio con regularidad y me lo paso bien. También me lo paso bien con el
vinito con aceitunas de rigor a la salida del gym, pero volviendo al ejercicio,
me siento súper a gusto conmigo misma y me dicen que estoy más delgada que
nunca (aunque peso lo mismo que toooooda mi vida). ¡Bien por mí! Ah, y uso el
pulsómetro que mi Querido Novio me regaló un
montonazo.
·
Me saqué el Advanced, el CAE o como se llame el
titulito este de inglés. ¡Me lo saqué! Y tengo que dar gracias a mis amigas por
dejarse engañar para “venir a cenar a casa” y encontrarse con que, además de
cenar, tenían que ayudarme a hacer los deberes ¡Y no me mandaron a freír
churros!
·
Sigo con una guindilla en el culo, tras las clases de
inglés ahora con el máster. Y me divierto en las clases, pero estos nuevos
viernes universitarios son un mundo de posibilidades de diversión de lo más
variado.
Y una compañera de clase me echó 22 añitos la primera semana,
yeah! Luego cuando le dije mi verdadera edad y me soltó “ah, pues te conservas
muy bien” ya la jodió, pero bueno, me quedo con los 22.
·
He tenido grandes momentos de risas infinitas y de
felicidad inmensa con mis amigas. Este año nos hemos escapado juntas al pueblou
(sí, siempre con u), al Algarve a torrarnos al sol y a Salamanca a comer y beber
como ceporritos. Un 10 a las escapadas/vacaciones con amigas. Han sido la
leche. Repetiremos en 2014.
·
Tengo unos amigos que son la caña. Un tesoro. Lo más
de lo más. Vosotros ya sabéis quiénes sois. Se os quiere mucho mucho mucho.
·
He seguido a mi Querido Novio en sus pruebas
deportivas “populares” y le ha hecho tantísima ilusión que haya ido a verle que
oye, ha estado muy bien. Y sí, me he divertido.
·
¡Me tocó algo en un sorteo por una vez en la vida!
Increíble pero cierto, me tocaron nada menos que 100 eurazos para gastármelos
en unas gafas de sol en una óptica este verano. Una lástima que cinco días
atrás me hubiera comprado yo solita unas súper Rayban naranjas, así que cedí el
premio. En plan generosa.
·
Hemos tenido dos bodas este año en las que me lo he
pasado como una enana. Soy una moñas, me encantan las bodas. Y para no perder
rodaje, el año que viene tenemos otras dos bodas ¡Yuhu! Viva la combinación
celebrar amor + barra libre.
·
Menorca. Eso siempre es felicidad. Y Menorca contigo
es felicidad al cubo. La picadura del pez araña me vino hasta bien para tener
una anécdota que contar.
Menorca
contigo.
·
¡MI QUERIDO
NOVIO ME HA REGALADO UN VIAJE A NY! Y ninguna mayúscula ni negrita ni
nada puede mostrar la felicidad inmensa que siento. NY, there we go.
·
Me he hecho este blog. Y me queda muchísimo camino por
recorrer, tengo que aprender a poner el sitio un poco apañado y demás, pero
estoy encantada. Creo que es una de las cosas que más felicidad me reportan.
Y ha cambiado mi vida. Ahora me pico con mi Querido Novio y
de repente me encuentro diciendo “¿Ah sí eh? ¡Pues a la Bailarina que vas!” y
él “Oye esto no lo vayas a poner en el blog”, y claro, nos reímos y se acabó el
pique.
O aparece por sorpresa nuestra amiga Torpe, que se ha fugado
de su oficina explotadora en Madrid, y entra en escena donde sus amigas, que
están celebrando el cumple de Cremitas con un buen mojito en la mano, al grito
de “¡Felicidades, Cremitas!” (Y dijo Cremitas tal cual, no su nombre real). Nos
hemos vuelto todos un poco locos con la Bailarina.
O, que como los grandes de la literatura, tengo todos los
posts recogidos en ¡UN LIBRO! ¿Te lo puedes creer? Mis amigas me han hecho un
libro de la Bailarina Frustrada con las entradas de los lunes. Es la monda.
Puedo decir sin ruborizarme ni nada “Yo he venido aquí a
hablar de mi libro” ¡Y sería verdad, porque tengo un libro!
La
monda.
2013, un gran año. Espero que el vuestro haya sido también
genial.
Felices fiestas, ¡Y hasta el año que viene!
Bailarina.