Hoy vuelve a ser
lunes pero es un lunes muy diferente a todos los anteriores porque hoy… ¡Es
verano!
Tengo unas ganas
locas de disfrutar de este verano que promete y mucho. He revisado el
calendario y me quedan tres fines de semana libres para hacer planes, el resto
están ya adjudicados con viajes o citas ineludibles ¡va a ser genial!
Y es que hay
sensaciones que solo se tienen en verano, pero son tan maravillosas que su
recuerdo dura todo el año, y lo mejor de todo… ¡son todas gratis! Esas cosas
son:
- · Desterrar la ropa de invierno de tu vida. No hay nada más satisfactorio que ir vaciando todo tu armario de prendas de lana, cosas de cuello vuelto, abrigos de pelo o de plumas y meterlo todo en una bolsa. Yo particularmente quemaría esa bolsa después, pero claro, luego llega octubre y la necesito de nuevo, así que nada, la castigo con mi indiferencia.
- · Sacar toda la ropa de verano a tu vida. Olvidarte del negro y del gris por unos meses y ver los pasteles y los crudos y los blancos. Y lo mejor de todo ¡que te siente bien!
- · Estás más guapa, estás de mejor humor… estás morena.
- · Estás más rubia. Tus amigas se ríen de ti y te dicen que leas más rápido porque para cuando llegue agosto ya vas a ser tan rubia que se te va a haber olvidado leer del todo. Y te ríes, porque es verano y estás de buen humor.
Me dicen eso en marzo y les corto el cuello.
- · Ir medio en pelotas a todas partes. Con dos trapitos ya vas vestida y perfecta para cualquier sitio. Claro, tardas menos en vestirte por las mañanas para ir a trabajar, menos en cambiarte para ir a la playa, menos cuando vas al gimnasio… y lo mejor, ¡no vas cargando como una mula con la ropa que te vas quitando según avanza el día!
- · Ir a la playa a tomar el sol. No hay mejor sensación en el mundo que sentir el calorcito de los rayos del sol en tu tripa. Simplemente maravilloso.
- · Notar el calor de la arena en los riñones cuando te tumbas sobre el pareo y claro, con tanto calorcito, pues te amodorras, y te quedas así medio traspuesto tan ricamente.
- · Ese runrún de gente que está en la playa, y algún niño que está jugando y riendo de fondo, y las olas del mar. Esa es la mejor música con la que echarse la siesta (siempre y cuando la gente que hay en la playa no sea de esa chusma maleducada que habla a gritos para todo el mundo y el niño en cuestión no sea de esos demonios capaces de ser abofeteados por la mismísima supernanny).
- · Ese punto justo después de haberte dado un baño en el que ya no estás empapada pero tampoco se han secado todas las gotas de tu cuerpo. Momento exacto de frescor en tu cuerpo. ¡Cómo me gusta! Solo dura un minuto, ¡¡pero qué minuto, señores!!
- · Salir del gimnasio a las 8 de la tarde y que sea de día. Salir incluso a las 9 y que siga siendo de día. ¡El sol no se escapa nunca!
- · Estar en una terraza.
Da igual para qué, da igual la hora. Habla por sí solo.
Terraza es bien.
- · Pasar calor. Sí, pasar calor es una sensación maravillosa y los nazis del aire acondicionado que te ponen las oficinas a 18 grados deberían aprender a disfrutar de ella.
Basta de pulmonías por aire acondicionado en mitad de julio. Dejadnos
disfrutar del calor, pesaos.
- · La jornada intensiva. Algunos afortunados trabajamos solo por la mañana y podemos disfrutar de toda la tarde libre para hacer lo que queramos. Y con la jornada intensiva a veces son las 6 de la tarde de un martes y ni siquiera tienes la sensación de haber estado en la oficina esa mañana, porque has hecho tantas cosas que parece imposible que hayas trabajado también.
Y te sientes todo orgullosa porque eres una súper heroína que
puede con todos los planes que le propongan.
- · Tomar un granizado de limón mientras caminas por la calle y notar el sabor a cítrico, el frío del hielo. Y sentirme como una niña si me tomo el sorbete con mi madre, porque tenga la edad que tenga acabo sorbiendo de la pajita y haciendo ruido, y ella echándome la bronca “por sorber como una gorrina” “¿Pero es que no vas a aprender nunca a tomar un granizado como una persona normal y decente?”.
Ay… Hay cosas que no cambian nunca.
- · Y lo mejor, lo mejor, lo mejor, es disfrutar de todos los días con los incondicionales que te quieren. ¡Eso sí que mola!
No quiero olvidarme
de decir que esta noche “mágica” para algunos y de fiesta y locura total para
otros, es para nosotras solo una parte de un gran gran día de celebración:
nuestra amiga Friki cumple nada más y nada menos que treinta maravillosos y
preciosos años…
¡¡¡Muchas felicidades!!!
Y porque los treinta
son geniales y redondos, y porque nosotras lo valemos, nosotras celebramos el día de Friki mientras el resto del
mundo celebra la noche de San Juan. Porque los treinta son únicos y hoy con más
razón que nunca ¡arde la ciudad!
Te queremos muchi, amiga. Tus piñas.
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