No os podéis imaginar el trancazo que manejo; este fin de semana he recogido millones de boletos para comenzar un proceso
gripal de dimensiones estratosféricas y ahora, como buena recolectora, me toca
sufrir.
Estoy hecha una basurita.
Sin embargo, como diría mi amiga Torpe “¡No me
arrepiento!”, porque realmente este fin de semana ha merecido la pena. Madre
mía qué manera de reír, que pensaba que además del trancazo iba a tener
agujetas en la faja abdominal. Por Dios, por Dios, por Dios.
Este fin de semana, mi querido novio tuvo a bien ceder su
casa del pueblou (yo lo llamo pueblou, con U, y después de dos días todos lo
llaman así, porque queda como más castizo), y nos hemos ido con “los amigos del
ex curro”.
Los amigos del ex curro somos un grupo de pirados que hemos
coincidido en una pequeña oficina y resulta que nos llevamos genial. Hay que
agradecer al departamento de Recursos Humanos la selección hecha, y también a
mi exjefe que en la elección del candidato final para un puesto siempre haya
dado en el clavo.
Eso sí, al exjefe le puede dar algo si se entera de que
somos amigos, él que es firme defensor de NO entablar amistades en el trabajo. Chupaos
esa, modernitos gafapasta con teorías absurdas sobre el ambiente laboral y demás patochadas. A la
oficina se va a TRABAJAR, y nada más. Nosotros somos como amantes que se ocultan al mundo; nuestra relación es secreta.
Total, que este fin de semana el equipo curro constaba de:
Dos chicas que siguen ahí en esa oficina al pie del cañón, la becaria que entró
en febrero y ha superado con nota el acceso al equipo, y los tres ex becarios
que hemos ido pasando uno a uno por la oficina durante los últimos tres años.
Y una de las que sigue trabajando en esa oficina es…
¡¡Cremitas!!
En la casa del pueblou también estaban mi querido novio y su
hermana, que casualmente sucede que también es nuestra amiga…¡¡Torpe!! ¡Sí! Y Leia,
cómo no. Han hecho de súper anfitriones, y creo que han flipado en colores con
nosotros, y ya con imaginarnos a nosotros en una oficina y trabajando… Una vez
más, RRHH, no sé qué habéis hecho en la selección.
Total, que como a mi exjefe anti amistades laborales le
llegue de manera “anónima” alguna foto de todos juntos en amor y compañía le
dan los siete males uno detrás de otro y se coge una baja por depresión por los
siglos de los siglos.
Amén.
Para que todos estemos en igualdad de condiciones, y por
aclamación popular, voy a poner nombres en clave a cada uno de los integrantes
del fin de semana en el pueblou, para que luego me sea más sencillo nombrarlos.
Los ya conocidos, que somos:
Leia, que ha sido rebautizada este fin de semana como “Prin-ce-saaaaaaaaa”,
y ahora ya no podemos parar de llamárselo. La pobre se está volviendo más
tarada de lo que está.
Mi Querido Novio
Torpe
Cremitas
Y una servidora
Y ahora “los nuevos”:
Fru-frus: ha sido
la tutora de todos los becarios que hemos ido pasando, salvo de la actual, y será
tutora pero está fatal de la cabeza. Pero muy mal. La que peor de todas.
Resulta que se transforma cuando tiene acceso a un micrófono: hace cualquier
cosa por llegar a él y después no lo suelta ni a la de tres. Y canta (fundamentalmente
Como una Ola, de Rocío Jurado, aunque
no le hace ascos a nada), baila en plan performance canciones como Una mujer en el armario de Rafaella
Carrá, y rapea hits propios que se inventa al momento. Es una poetisa.
Sacó a la luz la existencia de este blog al resto de los
compis después de dos vasos de Martini y no fue capaz de decir “Frustrada” de
una vez, de manera que decidió alargar la palabra hasta que le saliera algo
similar. Dijo “frrrufruussstrada”, y se quedó tan ancha. De ahí el “Fru-frus”.
Nancy Tatoos: es
el chico que entró después de que yo saliera de la empresa. Aunque al principio
disimulaba su estilo yendo a trabajar con las camisas que le compró su madre,
que tenía la vana esperanza de modificarlo un poco, resulta que él es un
modernito de ropa cool y gorras a la cabeza.
Hasta el viernes estaba nominado a ser Nancy Anoréxica,
porque estaba en plan “es que no me entra comer nada” o “ay, vamos a comer
pollo por favor” o “no, es que estoy a dieta” (y no, no es gay); pero este fin
de semana ha comido como un ceporrito y cenó Mc Donalds el domingo cuando el
resto solo pudimos meternos un yogur, así que le he levantado el castigo de ser
Anoréxica, y como está empecinado en tatuarse entero como si fuera Mario
Vaquerizo… (Y no, no es gay, qué pesados).
Jager Queen: la
siguiente becaria. Es una gran aficionada a invitar a chupitos de Jägermeister
si te ve por ahí a la noche y te pilla desprevenida, y más te vale tener una gran
excusa con la que deshacerte de ese vaso de veneno sin que la nena se ofenda.
Menos mal que en la casa no había esa asquerosidad porque de lo contrario
habríamos caído todos, que somos de moral débil. Nos dio una clase magistral
sobre cómo bailar una canción que no has oído en tu puñetera vida como si en
realidad hubieras estado esperando a que sonara durante toda la noche. Es digno
de ver. Le sale increíble.
También nos enseñó un vídeo de una chica, una tal Marta
Ocampos, que se graba a sí misma sentada ante el PC cantando no se qué ataviada
con una gorra como las que le gustan a Nancy Tatoos. También es digno de ver,
pero por motivos completamente diferentes.
Independence Girl:
es la más loca de atar que ha pasado por esa empresa, y por eso es GENIAL estar
con ella. No conoce lo que es tener vergüenza
y suelta por su boca lo primero que se le pasa por la cabeza.
Pretendía encontrar un “mozo majo” en el pueblou. Cuando le
dijimos que solo tenía tres habitantes sus aspiraciónes de emular a Julieta en
su balcón con un mozo Romeo le hablara amorosamente desde el jardín quedaron
definitivamente rotas.
Tuvo a bien deleitarnos con uno de los primeros momentos
surrealistas del fin de semana, porque se me ocurrió enseñarles el pezón doble
que tiene Leia en una de las tetillas y nos soltó, así a bocajarro:
-Yo también tengo un tercer pezón.
Los ojos de plato que se nos quedaron a todos fueron
memorables, y se hizo un silencio sepulcral, pero ella misma lo rompió
aclarando (porque nos veía que teníamos dudas):
- Pero es pequeño, ¿eh? Y no da leche.
¡Ni que fuera una mujer permanentemente lactante! Casi nos
oyen las carcajadas en el pueblo colindante. (Rima del estilo de las de Fru-frus.
Lactante, colindante… Sí, mejor lo dejo).
El mote es por su nueva película favorita, Independence Day,
que bordó la descripción el sábado a la tarde jugando a las películas por
equipos.
Bien, con ese grupo y todo lo que nos hemos reído, sería muy
ingrato contar una anécdota tras otra, porque desmerecería los momentos
vividos. No obstante, si pertenecéis a esa gente que tiene que organizar algún
fin de semana con amigos en el pueblou, aquí os van unas recomendaciones:
-Remarcad que es un plan muy rural. La mayoría llevará
vaqueros y zapatillas, un look trotero, pero habrá alguno que se pasará de
frenada y llevará un chándal como toda prenda para el fin de semana. Después
tendrá que taparse los pantalones en las fotos una y otra vez. (¿Eh, Nancy T?)
-Llevad el singstar. Sí o sí. Es necesario y obligatorio
para un fin de semana rural. Y hay que acabar cantando una canción todos juntos
en amor y compañía. Y ya si el único juego que tienes es el de operación
triunfo y la canción es “A tu lado me siento seguro” después hay abrazos.
-El Buzz también es una gran opción como juego rural para la
Play Station, pero solo si os une una estrecha amistad, de lo contrario pueden
rodar cabezas. Genera mucho malestar, sobre todo si las preguntas del juego son
para niños de primaria y tú con todos tus estudios universitarios vas y
pierdes. Pringao, que eres un pringao.
-Si el tiempo lo permite, dad una vuelta para bajar
alimentos. Que no todo sea comer y beber, por favor. Además, si en el show
lleváis una perra que se dedica a atacar a las vacas y volver henchida de
orgullo mejor que mejor.
-Si llueve, nada mejor que los clásicos juegos de mímica. El
Party y el Trivial están muy bien, pero queremos humillación. Y para eso está
el juego de “Las películas”. El top 3 de representaciones ha sido:
La Sirenita: porque ver a todo un hombretón ponerse un
jersey rojo a la cabeza a modo de peluca y aletear las piernas sentado en un sofá no tiene
precio.
El Infiltrado: porque hacer que te escondes por la casa NO
es infiltrarse. Y esconderse no es parecido a infiltrarse.
Independence Day: porque querer sacar “Independence”
mediante España-Península-Vascos-separar directamente no es el camino. (Yo era
de las que le dijo la película y no sabía qué pretendía transmitir con esos
gestos).
-Hay que montarse una discoteca rural con micrófono y la
música a tope. Es divertidísimo e indispensable. Y el micro con acceso libre
para soltar cualquier tipo de cosa ingeniosa que se te pase por la cabeza. Nuestra
disco estaba en el garaje. El mejor bar del mundo; temblad, hosteleros
nocturnos del mundo.
-Por último, si en el viaje de vuelta vais en séquito de
coches todos seguidos, tristes porque el fin de semana se acaba y aburridos por
no poder hablar entre vosotros… haced la
ola de coche a coche. Es sencillamente genial.
Espero que toméis nota de estos consejos y tengáis una gran
escapada rural, nosotros repetiremos plan. No tengo ninguna duda.
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